Los responsables de la OTAN creen que la sorprendente fuerza de Gadafi se debe en gran medida a las columnas de mercenarios que luchan junto a él, sobre todo los del Frente Polisario.
Esta certidumbre fue confirmada por las revelaciones de un ex partidario del coronel Gadafi, que ha pasado al lado de la rebelión, según el periódico británico «The Telegraph, citando a altos funcionarios de la Alianza Atlántica.
El disidente libio cuyo nombre se mantuvo en secreto por los servicios de la OTAN, ha puesto de manifiesto que el régimen del coronel Gadafi ha gastado varios millones de dólares para el pago de los mercenarios del Polisario, que luchan junto a él. Los detalles del acuerdo de la contratacion de cientos de los mercenarios del Polisario llegó a manos de los responsables de la OTAN a través de éste disidente, que el mismo negocio el contrato antes de desertar y pasar a las filas de la rebelión.
Segun él los mercenarios son pagados 10.000 dólares cada uno durante dos meses pasados luchando junto a las tropas del coronel Gaddafi.
Las revelaciones de éste disidente también confirman que la entrada en Libia, de los mercenarios del Polisario disfrutan de la complicidad de un intermediario especialmente eficaz. Se trata de Mohamed Yeslem Beissat, ex embajador del Polisario en Argelia, que ha mantenido una amistad profunda con los líderes de la DRS, el temido servicio de inteligencia militar argelino.

El contrato de reclutamiento de los mercenarios del Polisario se alcanzó a principios de marzo, cuando el régimen de Muammar Gaddafi, se balanceaba peligrosamente bajo los embates de la rebelión. Los tenientes de Gadafi también han reclutado muchos otros mercenarios de Malí y Níger, algunas tribus han mantenido fuertes vínculos con el régimen libio. Según «The Telegraph», las informaciónes obtenidas por los responsables de la OTAN en el comienzo de la crisis puso de manifiesto que Gadafi ya dependían en gran medida del apoyo de mercenarios para defender su régimen, pero las recientes revelaciones muestran del desidente muestran que el dictador libio está aún en busca de combatientes adicionales.