India ha opuesto un rechazo irrevocable a la participación en la cumbre India-África en Nueva Delhi, de una delegación de la República Saharaui «RASD», rechazando una petición apoyada en este sentido por la Unión Africana (UA) y la diplomacia argelina.

Por contra, Marruecos está representado en un alto nivel, por el rey Mohammed VI, quién hizo el viaje a Nueva Delhi para participar junto a 54 jefes de Estado y de Gobierno invitados a la sesión de la tercera cumbre India-África celebrada del 26 al 29 de octubre en la capital india.

En el programa de su tercera visita oficial a la India, el rey de Marruecos que fue uno de los primeros jefes de Estado en pisar ierra hindú, figura una audiencia con el Presidente de la India, Pranab Mukherjee, y muchas otras reuniones al margen de la cumbre, con Jefes de Estado y de Gobierno de los países africanos y amigos.

Los debates de la tercera cumbre India- África se centrarán en la cooperación económica y en varios ámbitos entre la India y los países africanos. Los participantes también abordarán temas sensibles relacionados con el terrorismo, el cambio climático y el medio ambiente y el desarrollo continuo.

La presencia en la cumbre del rey Mohammed VI, gran fan de la cooperación Sur-Sur, en particular a nivel del continente africano, retiene en particular la atención de la élite política y los medios de comunicación en Nueva Delhi.

En su edición de este lunes, 26 de octubre el periódico «India Times» no dejó de señalarlo, calificando de «gesto fuerte», el desplazamiento del rey de Marruecos a Nueva Delhi, en compania de más de 300 personalidades de su país, incluyendo empresarios.

El interés que ponen las máximas autoridades de la India a la participación de Marruecos en la persona del rey, se ha asi manifestado por la negativa a admitir una delegación del Frente Polisario que, con el apoyo de Argelia, disputa a Marruecos la soberanía sobre el Sáhara Occidental.

Argelia está muy presente en la escena africana, dijo un diplomático africano acreditado en Nueva Delhi, llega a menudo en su rivalidad con el vecino Marruecos, a manipular, a su antojo, la organización panafricana con el fin de satisfacer sus ambiciones geoestratégicas y imponer de facto su liderazgo regional, una ilusión que los gobernantes de Argelia aún no han logrado alcanzar.