Mohamed Abdelaziz no està al cabo de sus penas, incluso después de la liberación de Mahjuba Hamdidaf. Si la exfiltración en la precipitación de la joven saharaui naturalizada española, a instigación de Argelia, ha logrado evitar la presión de Madrid y de las ONG, no ha calmado la ira de los saharauis en Tinduf.

La situación empeoró el domingo en los campamentos, donde los manifestantes saharauis fueron reprimidos violentamente. Muchos heridos y varios desaparecidos fueron reportados después de la brutal intervención de las milicias del Polisario. De hecho, entre dos males, Argelia ha elegido el peor, de acuerdo con una fuente bien al corriente en de los campamentos de Tinduf. Los responsables argelinos creían hacer bien organizando la «fuga» de Mahjuba Hamdidaf, de 24 años, con su familia adoptiva, cerca de Valencia, España.

La exfiltración de la joven saharaui, presentada por el Polisario como una fuga, atrajo la ira de los saharauis en los campamentos de Tinduf, tanto sobre las autoridades argelinas y la dirección del Polisario. La familia biológica de Mahjuba Hamdidaf se sintió engañada por lo que considera una traición por parte de Mohamed Abdelaziz. Mítines masivos ante las oficinas de Mohamed Abdelaziz en el campamento de Rabuni dieron un sudor frío al jefe del Frente con el apoyo de Argel.

Pero lo que más preocupaba al jefe del Polisario es la reacción exasperada de los jovenes saharauis. Ya bastante sesgada contra el frente por lo que consideran una alineación ciega con Argelia en la cuestión del Sahara Occidental, los jovenes encontrarón de muy mal gusto el engaño de la «fuga» de Mahjuba Hamdidaf asegura la misma fuente. Sobre todo porque ellos saben muy bien que los campamentos son acorralados y vigilados día y noche por las patrullas del Polisario y el DRS argelino. En estas condiciones, cualquier fuga de los campamentos está casi condenada al fracaso.