Las declaraciones del ministro maliense de Asuntos Exteriores sobre el Polisario han hecho estragos en Tinduf. Fuentes bien informadas en el bastión del Polisario en Argelia, se hacen eco del profundo malestar que se ha apoderado de los líderes del frente separatista, debido a las recientes declaraciones de Tiéman Coulibaly.
Sin marear la perdiz, reveló los «vínculos probados» entre el Polisario y los grupos armados que pululan en el África subsahariana del Sahel. El aprieto de los dirigentes del Polisario es aun mucho mayor cuando las acusaciones del Ministro de asuntos exteriores de Malí son confirmados por los sucesivos informes emitidos por los organismos de inteligencia y expertos occidentales. Todos señalan con el dedo el movimiento financiado y armado por Argelia. Muchos jóvenes sin perspectivas «, incluyendo jóvenes saharauis de los campamentos» de Tinduf se han unido a los grupos terroristas. Estos últimos sólo contaban inicialmente con 500 yihadistas «hoy son entre 5.500 y 7.000 hombres», detalló el ministro de asuntos exteriores de Malí, un país cuya parte norte fue invadido por extremistas islámicos antes de ser desalojados por los ejércitos franceses, de Mali y de otros países africanos.

Pero lo que el Ministro de asuntos exteriores de Malí no dijo es que en el transcurso de los últimos años, el Polisario se ha convertido en el eslabón vital de la trata y el tráfico en toda la zona del Sahara y el Sahel. Las mismas redes que utilizan los grupos yihadistas de AQMI y otros para el suministro de armas y combustible o para hacer pasar las drogas, inmigrantes ilegales y rehenes occidentales. Una «economía criminal» que Tieman Coulibaly propone sustituir por una economía normal en la región mediante la eliminación de los que llama los narco-yihadista convertidos en un «verdadero ejército del mal».