La guerra en Malí no sólo fue un desastre para los grupos yihadistas de AQMI y otros de Ansar Eddin. Argelia y el Polisario también estaban muy irritados por el debilitamiento de su posición y, sobre todo, la agitación de sus proyectos en la región. De fuentes bien informadas en Argel afirman que la abertura diplomática realizada por Marruecos en África a raíz de la guerra del desierto, se convirtió en una fuente de preocupación para Argelia. Muchos en Argel piensan que los líderes del país han apostado por el caballo equivocado quedàndo sobre sus vacilaciónes cuando Marruecos tomaba la delantera. Aprovechando su presidencia del Consejo de Seguridad, Marruecos ha impulsado decididamente la aprobación de la resolución de la ONU que autoriza el despliegue de una fuerza de paz africana. Rabat ha encadenado por una fuerte presencia en la conferencia africana de Addis Abeba. En este sentido, la contribución de Marruecos para ayudar a la población de Malí, fue muy bien vista por muchos líderes africanos presentes, mientras que el reino no es un miembro de la Unión Africana. Por último, la apertura de Marruecos de su espacio aéreo para la Fuerza Aérea francesa, que ràpidamente desalojo a los grupos islamistas armados en el norte de Malí, ha anclado la imagen de un aliado seguro en la lucha contra el terrorismo.

No sólo en París, sino también en Washington, donde el vicepresidente Joe Biden elogió la acción eficaz y coordinada contra los grupos yihadistas. Pero lo que más ha desconcertado a Argel, es el tono directo del general francés Jean Maurin cuando enfatizó que el conflicto del Sáhara Occidental ha contribuido a la desestabilización de toda la región. Y continúa el general francés «, ya que el Frente Polisario apoyado por Argelia en su guerra contra Marruecos, el reino puede contar con el apoyo de Francia, que considera prudente y realista su plan de autonomía para el Sáhara «.