En Estocolmo, los dolaraes Argelinos fluían mànsamente en las cuentas de la representación del Polisario en las últimas semanas, según han informado fuentes bien informadas en Tinduf. El intenso lobbying desplegado para arrebatar al Parlamento sueco una mocion reconociéndo a la RASD iba bien, y nada era demasiado bueno para lograr este fin.
Según las mismas fuentes, a través de la labor llevada a cabo por representantes del Frente Polisario en Suecia no le ha faltado ningun apoyo, sobre todo en el aspecto financiero y logístico. La Embajada de Argelia dio carta blanca a los delegados del Polisario. Durante los últimos meses que precedieron a la aprobación de la moción, Habib El Alyen El Habib Kentawi, el representante del Polisario en Estocolmo, ha recibido el apoyo de varios otros miembros del Frente que regularmente visitan la capital sueca. Con pasaportes argelinos, los activistas del Polisario tienen acceso a casi todos los miembros del Partido de la Izquierda, los socialdemócratas y los Verdes. Pero es el lobbying forzoso ejercido con el apoyo de los argelinos cara a los miembros del partido de extrema derecha, lo cual fue decisivo. Sin el apoyo del SD, que hizo su debut por primera vez en el Parlamento sueco en septiembre de 2010, todos los esfuerzos desplegados fueron en vano. Los tres partidos de la oposición no compensaron la oposición feroz de los diputados de la mayoría.

Sin embargo, a pesar de la mocion, como en Argel como en Tinduf bastión del Polisario en Argelia, la euforia duró poco. La reaccion zajadora del gobierno sueco en contra de la moción parlamentaria tuvo el efecto de una ducha fría. El ejecutivo sueco ha trànquilamente recordado que el reconocimiento de un país es prerrogativa exclusiva del gobierno. Incó aun màs el clavo argumentàndo de que, en el caso de la República del Sáhara Occidental reclamada por el Polisario, los criterios definidos por el derecho internacional para el reconocimiento de un Estado no se cumplen. Una respuesta mordaz que ha dado fin a un golpe mediàtico abortado  terminó en una maniobra fracasó y reavivado el eterno sentimiento de amargura en Tinduf.