Es un verdadero comienzo de polémica franco-argelina- una màs que ha sido desecadenada por la pelicula « Carlos », realizada por Olivier Assayas, y en la cuàl vemos al terrorista entregar una maleta llena de billetes por Abdelaziz Buteflika, entonces ministro de asuntos exteriores de Argelia, en contrapartida de la liberacion de rehenes.
Refrescando la memoria : Fue hace trenta y cinco años, un DC-9 atterizaba sobre la pista del aeropuerto de Argel con abordo el terrorista Carlos (de su verdadero nombre Ilich Ramirez Sànchez) y los cuarenta y dos rehenes secuestrados en la sede de la OPEP en Viena.

Como comite de recepcion, un pequeño hombre que pisa, desvelando una amplia sonrisa bajo un bigote cruzando su cara. Abdelaziz Buteflika acaba ganar la mediacion de todos los peligros, aquella que deberia permitir a los rehenes del terrorista màs buscado en el mundo de reencontrarse con sus familias. Para el ministro de asuntos exteriores argelino, Carlos es un conocido de mucho tiempo atràs, ya que cazan juntos sobre las mismas tierras : aquella de las redes clandestinas de extrema izquierda que se activan en Europa y que estàn dispuestas de pasar a la lucha armada. Argelia les respalda , les ofrece una base  logistica asi como campamentos de entrenamiento cosmopolitas, donde se encuentràn los « freedom fighters » del mundo, donde algunos han entrado en la leyenda del terrorismo internacional, como el « doctor » Waddi Haddad.
Subitamente, todo éste pasado resurge, y es atraves de la ficcion que los lazos entre Carlos y Buteflika son puestos a la luz. Sin embargo Buteflika pensaba haber pasado la pàgina, y haber terminado con esos jovenes con melena que reclamaban a gritos la revolucion.
Entonces, es seguro, hacer sacar de nuevo esos « viejos dossiers », esto no puede ser que una conspiracion que contempla desestabilizar la Presidencia y Argelia, en esos tiempos donde el terrorismo y el desvio de aviones no son ya considerados como actividades ludicas para revolucionarios achispados.
La cuestion aqui no es ni siquiera de saber si Abdelaziz Buteflika ha efectivamente entregado fondos a un terrorista internacional, pero volver sumergirse en el corazon de la toma de decision argelina de los años 70, con sus luchas de influencias y sus intrigas, donde el paroxismo seria de aislar del poder ese mismo Buteflika, que conocera una travesia del desierto de màs de vente años. Un sistema que es capaz de eliminar lo màs evidente para dirigir el pais merece que se interese de màs cerca, con el fin de comprender los resortes del mecanismo implacable y determinada que anima la Republica Democràtica y popular.