La decisión de Panamá de dejar pasar un buque que transporta los fosfatos de Marruecos a Canadá acaba de hacer fracasar la nueva maniobra del Polisario, desarrollada por Argelia y que consiste de llevar a cabo una guerra de guerrillas de los mares contra Marruecos, buscando sistemáticamente barcos de fosfatos zarpando de la región del Sahara en el sur del país.

Alentados por el anterior de sudafrica que había apresado un barco cargado con 50.000 toneladas de fosfatos marroquíes que viajaban a Nueva Zelanda, el Polisario intentó repetir la operación en Panamá. Esto gracias al activismo de un ejército de abogados generosamente pagados por el régimen argelino.

De este modo en Panamá, una orden de incautación judicial dictada por un tribunal especializado en asuntos marítimos esperaba el barco la semana pasada. Sin embargo, verificación efectuada, el nombre del barco Ultra Innovación, se le permitió continuar su viaje hasta su destino, al puerto de Vancouver, en Canadá. El apresamiento sólo duró dos días y la maniobra del Polisario de hacer el eco se hundió abruptamente en el sentido literal como en el figurado.

Entre otros objetivos, este acoso legal contempla hacer olvidar los contratiempos diplomáticos recientemente encajados por el frente apoyado por Argelia. La resolución 2351 del Consejo de Seguridad de la ONU, adoptada a finales de abril, finalmente optado por la «solución política». Esto requiere negociaciones para llegar a un arreglo de la cuestión del Sahara Occidental, que excluye definitivamente el referéndum.

Sobre la marcha, el organismo de la ONU hizo mención de los esfuerzos y desarrollos intervenidos desde 2007, en referencia a la propuesta marroquí de autonomía que el consejo había calificado de «seria y creíble» para una solución.

Toda esta insistencia de las Naciones Unidas por la «solución política» echó la confusión entre el Polisario y Argelia, obstinadamente hostiles a esta solución. Lo que explica su recurso a todo tipo de tejes manejes para mejor pescar en aguas turbias.