No hace falta ser un adivino para percatarse de los mensajes que Argelia envía a través de la entrega de nuevos equipos militares al Polisario, el movimiento que  contesta a Marruecos su soberanía sobre las regiones del Sahara, en el sur del Reino.

El lote argelino generosamente entregado al Polisario incluye tanques, misiles tierra-aire, vehículos todo terreno … No hay nada que preocupe el ejército marroquí, ni de cambiar el equilibrio de poder. De esto, los generales argelinos lo saben muy bien, pero el mensaje que envían está en otra parte. Al proporcionar este nuevo equipo militar que el movimiento separatista corrió rápidamente para alinear ostentosamente delante de las cámaras, Argelia buscaba, de hecho, mantener la presión sobre la ONU.

La próxima reunión del Consejo de Seguridad sobre el Sahara está prevista para abril, un mes marcado por las maniobras tradicionales de la diplomacia argelina en el marco de la ONU en Nueva York. De donde, esta cabeza fuga en adelante por el Polisario en el nuevo terreno de tensión en Guergarat, obviamente, a instancias del régimen argelino.

El mensaje es claro, al negarse a retirarse de esta zona de amortiguamiento, en los confines de las fronteras  desérticas entre Marruecos y Mauritania, el frente saharaui pone en un reto tanto la ONU como al nuevo secretario general, Antonio Guterres.

Este último, después de la peligrosa escalada de la tensión en esta franja de tierra entre una media docena de kilómetros de la frontera entre Marruecos y Mauritania, había llamado a las dos partes a retirarse de la zona. También llamó a mantener la libertad de movimiento y el movimiento de mercancías a partir de Marruecos a Mauritania, hasta Senegal.

Una llamada a la que Marruecos había aceptado rápidamente, pero no el Polisario, que se encuentra ahora en una posición incómoda agresiva. De hecho, el caso de Guergarat es sólo una parte de una estratagema más grande montada por el régimen político-militar en Argel. Incluye el mantener una tensión constante en la región para desviar la atención de la situación interna en Argelia.

Ya que a nivel internacional, las grandes capitales temen lo peor de lo que podría ser el resultado de una lucha sorda entre los diversos clanes en perspectiva de la sucesión al presidente Buteflika, invisible desde hace meses a causa de la enfermedad.