La 28 cumbre de la Unión Africana (UA), que se abrió en Addis Abeba el lunes y cuyo trabajo continuará hasta el martes, está marcada por la presencia de la mayoría de los dirigentes africanos, pero sobre todo por la del rey Mohammed VI de Marruecos, cuyo país se prepara de volver a la organización panafricana.

El día antes en la capital etíope, el soberano marroquí había mantenido conversaciones por separado con los presidentes congoleño Denis Sassou Nguesso, Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema, de Ruanda, Paul Kagame, de Guinea, Alpha Condé. Mohammed VI impulsa él mismo la delegación de Marruecos, testimonio de la confianza de Marruecos en su enfoque diplomático para integrar la Unión Africana.

Una iniciativa que permitirá al mismo tiempo, a la comunidad africana de cuestionar la legitimidad de la presencia de la RASD en la organización panafricana, mientras que la república teórica autoproclamada en 1976 por el Frente Polisario con el apoyo de Argelia y la Libia Gadafi, no es reconocida hoy por la mayoría de Estados miembros, ni por las Naciones Unidas.

El regreso de Marruecos es apoyado por una gran mayoría de los 43 países miembros de la organización panafricana sobre 54. En julio, 28 de ellos habían solicitado oficialmente la exclusión de la RASD, junto con el restablecimiento de Marruecos.

La mayoría de los países africanos consideran ahora que el lugar de Marruecos dentro de la UA es un activo tanto para la organización como para el continente. Su reintegración dentro de la organización panafricana será, además, dar un nuevo impulso a las relaciones inter-africanas.

País del Magreb que, en 1963, fue uno de los fundadores de la OUA, el predecesor de la actual UA, Marruecos es ahora uno de los principales inversores en el Sahel y África Occidental, mientras que las recientes visitas de Mohammed VI en el este de África que han permitido al Reino la ampliación de la lista de socios en África de habla inglesa también.