Mohamed Abdelaziz no oculta su profunda decepción. Después de cuatro días en Washington, el jefe del Polisario no ha obtenido siquiera una sola cita con un responsable de la administración de EE.UU.. Esto, a pesar de las seguridades de los responsables argelinos antes de su viaje màs allà del atlàntico.
Argel había de hecho preparado cuidadosamente la visita en estrecha coordinación con Kerry Kennedy. La ferviente apoyo del Polisario en Washington corrió de un lado para otro y trató de organizar algunas entrevistas a Mohamed Abdelaziz, pero en vano. Aun Si, Kerry Kennedy cuenta con una sólida red en el Departamento de Estado. Pero, según fuentes bien informadas, instrucciones estrictas fueron dadas a toda la jerarquía del Departamento de EE.UU.. El objetivo es no caer en un nuevo error como el de abril, cuando el proyecto de resolución que EE.UU. presentó al Consejo de Seguridad antes de ser eliminado.

El intento fue llevado de cabo a rabo por Argelia, apoyada por Kerry Kennedy, para tratar de imponer la ampliación de competencias de la MINURSO a las cuestiones de derechos humanos en el Sáhara Occidental. Por otra parte, la actual ofensiva diplomática de Argel para con Washington data desde ese revés. Muy decepcionado por el fracaso de la operación, las autoridades argelinas habían optado por otra estrategia: la de practicar una política de infiltración en Washington, con el Polisario y Kerry Kennedy en posición de ataque.

Esta nueva estrategia de Argelia en el conflicto del Sáhara Occidental ha sido impulsada por una nueva amenaza procedente del país del Tío Sam. Los  responsables estadounidenses, así como analistas políticos y medios de comunicación están cada vez más convencidos de que este conflicto es en realidad el resultado de la diferencia tradicional entre Argelia y Marruecos. Esta tremenda deducción asusta al Polisario y Argelia aún más, que intenta por todos los medios de impedirlo.