Ramtane Lamamra volvió a su juego favorito. El jefe de la diplomacia argelina todavía está tratando de presionar a Francia para que París cambié de posición en la cuestión del sáhara, incluso recurriendo al chantaje económico descarado contra Francia.
En declaraciones ante ciudadanos argelinos que viven en Créteil, en el sureste de París, el jefe de la diplomacia argelina recordó los lazos históricos entre los dos países, heredados de una larga y tumultuosa historia colonial.
Entre Francia y Argelia, «hay intereses específicos, intereses múltiples y hay áreas muy complicadas», insistió Ramtane Lamamra, defendiéndo siempre las «posiciónes de principio» y «posiciones estables» de Argel. Y entre los temas sobre los que oponen París y Argel, la cuestión del sáhara figura en cabeza de lista.
Sin embargo, el diálogo entre Argelia y el Estado francés «continúa y se realiza en muchas áreas y los plazos son fijados», dijo el ministro argelino de asuntos exteriores, en una alusión apenas velada en referencia a los daños que pudieran afectar los intereses franceses en Argelia si París continua con su apoyo al plan de autonomía de Marruecos en el Sáhara.
No es la primera vez que Lamamra culpa a París debido a la cuestión del sahara y la fría indiferencia con la que Francia trata al Polisario, el Frente independentista armado y financiado por Argel. Se ha convertido incluso en un hábito.
Y está nueva salida del jefe de la diplomacia argelina se produce dos meses después de su regreso exasperado por el desplazamiento de Jean-Marc Ayrault a Argel el 29 de marzo.
En una conferencia de prensa conjunta con su homólogo francés, Lamamra no pudo evitar de soltar en público que la cuestión del sáhara era «uno de los principales desacuerdos entre la política exterior de Argelia y la de Francia».
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