La frenética campaña llevada durante varios días por los medios de comunicación del Polisario y la propaganda Argelina, sobre una presunta situacion de insurcción en el Sáhara Occidental no sólo está motivado por la proximidad de la votación anual en la ONU, según una fuente bien informada en Tinduf.
Los saharauis de los campamentos de Tinduf no dejan engañar y saben que este frenesí de los medios está orquestado en todo momento por Ramtane Lamamra, explica la misma fuente. El ministro argelino de Asuntos Exteriores, ha de hecho, decidido reaccionar vigorosamente. Esto, en estrecha coordinación con los temibles servicios secretos del DRS, quién tienen la sartén por el mango en todo lo relacionado con el Polisario y el Sahara. Frente a los éxitos diplomáticos de Marruecos gracias a su plan de autonomía, Lamamra desesperado por cumplir su compromiso cara con el Presidente Buteflika. Nombràndolo en septiembre de 2013 a la cabeza de la diplomacia argelina, Buteflika le había confiado la misión expresa de corregir la política argelina en el asunto del Sahara.
El «monsieur África» debia, cueste lo que cueste,sacar a Argel del error donde se dejo ir con su predecesor Murad Medelci, en particular en África y América Latina. Pero la tarea de Ramtane Lamamra no es nada fácil, sobre todo porque los reconocimientos de la República Saharaui se derriten como la nieve al sol. Después de darse cuenta de que el Polisario no es que un frente separatista financiado y albergado por Argelia, muchos países han dado marcha atrás. Sólo en los últimos meses, Panamá, Haití, Paraguay, y más recientemente la República de Mauricio, retirarón su reconocimiento a la RASD.
La decepción de los dirigentes argelinos es aun màs grande que todavía confiaban en algunos ultimos países para mantener viva la idea de la República Saharaui. Durante 40 años, ninguno de los miembros del Consejo de Seguridad, ni ninguna gran capital en el mundo se ha unido a los planes argelinos para reconocer su RASD. Es en este contexto de gran aprieto que debemos entender la reacción irritada de Lamamra y en su estela, los medios de comunicación argelinos y la maquinaria de propaganda puesta a disposición del Polisario, dice nuestra fuente.