El polisario es ganado por la lasitud en sus vanos intentos realizados a nivel europeo con el apoyo de Argelia, y que finalmente no sirvió para influir en la decisión de la Unión Europea que firmó, el lunes en Bruselas, el acuerdo de pesca con Marruecos, incluidas las aguas del Sahara.
Concluido después de un largo proceso de negociación, el acuerdo entre Marruecos y la UE cubre la zona de pesca que se extiende desde el paralelo 35 hasta el paralelo 22, desde el cabo Spartel en el norte de Marruecos hasta el cabo Blanco en el extremo sur del reino.
Más allá de la nueva desgracia infligida al movimiento separatista apoyado por Argel, el acuerdo confirma la fuerza de la asociación estratégica que el socio europeo mantiene con Marruecos.
Iniciado en julio pasado en Rabat, el acuerdo alcanzado el lunes había sido validado por los diversos organismos competentes de la UE. Sobre todo, se negoció y concluyó respetando estrictamente la integridad territorial de Marruecos.
Prueba si es que los gobiernos europeos consideran la relación con el Reino en una visión estratégica sostenible, la prueba de contingencias necesariamente temporales.
Además, esta posición de la UE está en perfecta coherencia con la posición de los países que conforman el conjunto de Europa, ya que ninguna capital europea (tanto como las Naciones Unidas) reconoce a la república teórica del Sahara autoproclamada por el polisario y Argelia, una entidad considerada como un puro engaño.
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