En la denuncia de connivencia entre el Polisario y Hezbolá, Marruecos no sólo ha descubierto las maquinaciones del movimiento chiíta con el frente independentista saharaui, sino que también puso en aprieto a Argelia e Irán, patrocinadores directos de los dos movimientos clasificados terroristas por más de un país.
¿Pero por qué Marruecos se ha convertido repentinamente en el objetivo del activismo iraní y de Hezbolá en el norte de África? La respuesta es mirar en la geopolítica del momento. El Reino jerife ha sido durante siglos el hogar de un Islam moderado y tolerante, en total contradicción con el Islam chiita militante de Irán.
Por lo tanto, es normal que esta visión moderada del Islam en Marruecos, que encuentra una extensión histórica y geográfica en el África subsahariana, se haya convertido en una fuente de perturbación para los mulás de Teherán.
Sin embargo, Hezbolá ha decidido forjar la alianza con el Polisario para desestabilizar a Marruecos después de la detención en Casablanca, de Mohamed Kacem Tajeddine, un importante financiero de Hezbolá, que tenía el brazo largo en muchos países en África.
El ministro marroquí de Exteriores Nasser Burita, reveló en una entrevista con Fox News, los detalles de la detención, que tuvo lugar en el aeropuerto de Casablanca el 12 de marzo de 2017. Mohamed Kacem Tajeddine fue detenido tras la orden de arresto internacional emitida por los Estados Unidos por lavado de dinero y actividades terroristas», dijo el ministro marroquí.
Es de esta manera que los intereses de Hezbolá en la desestabilización de Marruecos, por instigación de Irán chií, han convergido con las del Polisario, apoyado por una Argelia cuyos generales ven la cuestión del Sahara como un guijarro en el zapato marroquí.
Sé el primero en comentar en «Cómo Marruecos se ha colado en la colusión entre Polisario y Hezbolá»