El nudo se está apretando alrededor del Polisario al acercarse la celebración de la cumbre africana en Addis Abeba en enero próximo que debería aprobar el regreso de Marruecos en la Unión Africana, con el fuerte apoyo de la gran mayoría de los países del continente, una perspectiva que atormenta el frente saharaui y hace entrar en pánico a Argelia.

Es este contexto frenético quién explica la agitación del Polisario en la zona de Guergarat en el sur de Marruecos, en la frontera con Mauritania. El frente apoyado por Argelia ha colocado a media docena de elementos armados en frente de las fuerzas marroquíés con fines de propaganda obvias. Ya que la agitación de los medios de comunicación provoca entorno de esta prescencia no cambia la situación sobre el terreno. El Polisario también informó de maniobras militares, mientras que el frente separatista sabe mejor que nadie que no es capaz de disparar un solo tiro, sin la aprobación de los generales argelinos.

Tantas tácticas de distracción que se repiten después de cada revés encajado por el Polisario. Como aquel consecutivo a la última decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) que restauró los acuerdos agrícolas entre la UE y Marruecos y desestimando el Polisario despojándolo de toda legitimidad para actuar a nivel europeo.

Otro cambio de situación que ha decepcionado particularmente a Argelia, es la exitosa campaña diplomática llevada por parte de Marruecos en varios países africanos en los últimos dos meses, sobre todo en el este de África. Es en este contexto que se trata de considerar la confusión que se ha apoderado de la diplomacia argelina.

El fracaso total de las iniciativas puestas en marcha por Argel ante los países africanos, como el Foro Africano de Inversiones, reunido de urgencia a principios de este mes en Argel, muestra la falta de preparación de la diplomacia argelina. Y sobre todo la precipitación que ha mostrado en sus intentos para contrarrestar cualquier iniciativa de Marruecos.