Para el Frente Polisario, Argelia no se echa atrás ante nada. Desestabilizada por la ofensiva diplomática de Marruecos en África, los dirigentes argelinos multiplican los intentos en el continente, pero encajan cada vez duros reveses, como sucedió con el Foro Africano de inversiones de Argel que se convirtió en carrera de ratas, o el fracaso de la cumbre árabe-africana en Malabo.

Algunos medios de comunicación argelinos también no han escatimado los responsables por su incapacidad para organizar adecuadamente una reunión de este nivel. Una vez abierto, el Foro Africano de Argel fue desacreditado por el choque que enfrentó al primer ministro Abdelamalek Sellal y el jefe de la patronal, Ali Haddad.

Para sorpresa de todos, el primero salió de la sala seguido por otros miembros del gobierno, debido a un asunto trivial de protocolo en la toma de la palabra. «Es terrible para la imagen de Argelia», se lamentó un jefe de empresa presente, mientras que un título del lugar estima que antes de que comenzara «el evento ya era un fracaso «.

Decididamente, «África es una ambición muy grande para Argelia» titulaba otro, detectando el fracaso de la sesión dedicada a la inversión en África en la misma ausencia del Presidente del Banco Africano de Desarrollo (BAD) .

«Mientras Marruecos multiplica las inversiones específicas en África (telecomunicaciones, bancos, agroalimentos …), Argelia estaba perdiendo su dinero en proyectos innecesarios o mal preparados «, se lamentó un sitio web del lugar. «Hoy en día, Argelia está tratando de acudir de nuevo a África sin una estratégia clara.»

En cuánto a la presión ejercida por los diplomáticos argelinos para servir al Polisario a la cumbre árabe-africana en Malabo, simplemente llevó al fracaso de la reunión en la estela de la retirada de los países árabes del Golfo que no reconocen a la república saharaui, RASD.

El analista político argelino Mohamed Saleh Benteboula puede que haya encontrado la palabra adecuada para describir los fracasos de la diplomacia argelina «cacofonía, la jerga que hay que registrar como tercera lengua nacional».