Según fuentes bien informadas en los campamentos de Tinduf, el Frente Polisario ha sido muy sacudido por la decisión de las autoridades españolas de poner fin a la sentada de Takbar Haddi frente al consulado de Marruecos en las Islas Canarias, un signo de la voluntad de Madrid para poner fin a la complacencia con respecto a las actividades de los pro-Polisario.

Todo comenzó con la voluntad del Polisario de instrumentalizar la historia de Takbar Haddi. El hijo de esta mujer saharaui, Lamine Haidalah, murió en febrero en El Aaiún, en una reyerta con los jóvenes de la ciudad en la que era conocido por su delincuencia crónica. El juicio estaba en curso en Marruecos, pero el frente saharaui apoyado por Argelia prefería hacer jugar sus enlaces en Las Palmas.

Una sentada fue organizada por la madre saharaui para denunciar a Marruecos sobre la cuestión de los derechos humanos. Sin embargo después de un mes y medio, la maniobra ha terminado por hacer cansar a los responsables españoles. Acostumbrados al activismo del Polisario en España, donde el frente saharaui beneficia de varios cómplices, las autoridades de Madrid han decidido esta vez cambiar de táctica.

La nueva actitud de Madrid, sin embargo, no deja de preocupar al Polisario, que compite con Marruecos la soberanía sobre la región del Sahara Occidental. Sobre todo que la firmeza de las autoridades españolas sobre el sit-in de Takbar Haddi no es una actitud aislada.

Interviene en efecto a raíz del último informe del prestigioso Instituto Real de El Cano. Hecho en los últimos meses de abril y mayo y públicado a mediados de junio, el barómetro muestra que la opinión pública española es cada vez más indiferente con respecto al caso del Sáhara Occidental.

Entre 2005 y 2015, el porcentaje de españoles favorables a las revendicaciones separatistas del Polisario se redujo de 72% a 58%. Mientras tanto, el número de españoles a favor del plan de autonomía bajo soberanía marroquí se mantuvo estable en 16% durante el mismo período. Una tendencia que preocupa no sólo a los dirigentes del Polisario, pero también a Argelia, principal apoyo político, militar y financiero del frente independentista saharaui.