El Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, es esperado en septiembre o principios de octubre para su primera visita oficial al Sáhara Occidental y en los campamentos de Tinduf (suroeste de Argelia), informa el diario Al Quds Al Arabi, citando Fuentes fedidignas de la ONU.

El sábado 13 de junio, el Secretario General de la ONU había enviado a su jefa de gabinete, Susana Malacorra en la región, presumiblemente para preparar su viaje.

Ban Ki-Moon, ha preferido confiar esta tarea a su jefa de gabinete en lugar de utilizar a su enviado personal para el Sahara, Christopher Ross, cuya mediación en el conflicto del Sáhara Occidental está prácticamente en un punto muerto.

Incluso las conversaciones informales entre Marruecos, Argelia, Mauritania y el Polisario que conducia Ross desde su nombramiento en 2009, se han revelado hasta la fecha de hoy, sin éxito.

En la opinión de un diplomático estadounidense en Rabat, Christopher Ross ha agotado sus cartuchos y no puede ir más allá en su mediación en ausencia de un proyecto de solución innovador y equilibrado que las partes en conflicto podrían aceptar para hacer avanzar el proceso de solución de la controversia territorial oponiéndo durante cuarenta años, los vecinos Argelinos, que se aferran a la opción del referéndum de autodeterminación y Marruecos, que se niega a conceder más autonomía a la zona en disputa.

Como se ha argumentado por muchos observadores y expertos sobre las disputas territoriales, el diplomático estadounidense también asegura que la clave de la solución está en manos de los dirigentes argelinos.

Basta, explica, con que levanten sus manos sobre este asunto poniéndo fin al bloqueo que Argelia impone como país anfitrión de los campamentos de Tinduf y sus poblaciones.

Para el diplomático estadounidense, el jefe de la ONU debe tener el coraje de exigir a los gobernantes de Argelia de abrir las puertas de los campamentos de refugiados saharauis y de garantizar el derecho a la libertad de movimiento. En ese momento, añade, casi el 80% de estos refugiados seguramente elegiran volver a Marruecos, el país de origen, donde ya viven todos sus parientes cercanos.

Para el 20% restante, donde los dirigentes del Polisario que tienen la sangre de sus compatriotas en sus manos, es probable que pidan asilo político en Mauritania, las Islas Canarias, España u otros países europeos como Francia o Italia.

Esta solución, añadió el diplomático estadounidense, es simple y terminará inmediatamente con el calvario y el sufrimiento de miles de saharauis que nacieron y crecieron bajo el sol abrasador en el desierto argelino, sobre todo porque las autoridades marroquíés habían preparado desde hace mucho tiempo, la infraestructura necesaria (vivienda, escuelas, etc.) para dar cabida a un máximo de refugiados de las provincias del sur del Reino.