Una nueva torpeza acaba de ser cometida por un ministro francés, echando un poco más de leña al fuego en las ya tensas relaciones entre Marruecos y Francia.

Se trata del ministro socialista de agricultura, Stéphane Le Foll, que además, es el portavoz del gobierno francés, y que se dejo fotografiar con dos mujeres saharauis vestidas de melhfa (ropa saharaui tradicional). La imagen fue ampliamente difundida por los medios de comunicación argelinos y sitios web cercanos al Polisario que hablan de la presencia del ministro francés en una manifestación de apoyo al Frente Polisario, a la cuàl fueron invitados saharauis de los campamentos de Tinduf.

El portavoz del ministerio de asuntos exteriores francés, Roman Nadal negó el miércoles, la participación de Stéphane Le Foll en cualquier actividad de apoyo o simpatía organizada con la participación del Polisario en Le Mans, una localidad del departamento de la Sarthe. Sin embargo, la foo en cuestion, a menos que no sea fotomontada, demuestra de hecho que el ministro francés estaba hablando con dos mujeres saharauis.

Peor aún, en el fondo de la misma foto, una bandera es claramente distinguible en el que estaba escrito «amigos de la República Democrática Árabe Saharaui» en francés y abajo «región de Sarthe,» junto con la bandera de la fantasmal república saharaui (RASD).

A pesar de esta evidencia tangible, el portavoz del Quai d’Orsay confirma y firma en asegurar que «el señor Le Foll no asistió a ninguna actividad organizada por el Frente Polisario. Participó en la ceremonia de felicitation del alcalde de Le Mans, cuya alcaldia había invitado a las asociaciones locales «.

Para desactivar la nueva bomba, Nadal volvió al tema muy sensible del Sáhara Occidental, reafirmando que la posición de Francia sobre este tema es «bien conocida y sin cambios.»

Sin embargo, Le Foll que conoce bien las asociaciones pro-Polisario bulliciosas en su ciudad natal y él, un ex electo podría haber fácilmente adivinado la combinación de los separatistas del Polisario y sus partidarios para evitar este error. Pero hizo un paso en falso, poniendo de nuevo en problemas, la diplomacia de su país, que todavía está intentando superar los malentendidos con Marruecos, por tanto considerado durante mucho tiempo como el primer socio y aliado del hexágono en la orilla sur del Mediterráneo, e incluso en África.