Las autoridades argelinas deben sentirse muy incómodas últimamente. Argelia continúa de recibir de los servicios de inteligencia occidentales, advertencias en contra de la transformación de los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf, en un santuario para el tránsito regular de los terroristas y contrabandistas de todo tipo.
El malestar de las autoridades de Argel se intensificó de golpe el pasado martes después de la publicación del informe de 2011 del Departamento de Estado de EE.UU. contra el terrorismo regional y lamenta la falta de cooperación del gobierno de Argelia con su vecino marroquí en la lucha regional contra el terrorismo.
El malestar de Argelia se ha desvelado aun más con la inesperada decisión del Gobierno español de retirar sus voluntarios humanitarios que trabajaban en los campamentos de Tinduf. Esta decisión, la diplomàcia española la explica por la inseguridad reinante en la región y los temores de los españoles en caer de nuevo ser secuestrados después del operado el pasado octubre en el corazón de los campamentos de Tinduf. Un cuàntioso rescate de 15 millones de euros fue pagado para obtener la liberación de los dos españoles, Ainhoa Fernández y Enric Gonyalons y de la italiana Rossella Urru.

Para alejar la sospecha que planea sobre el Frente Polisario y sus dirigentes, las autoridades de Argel han llevado a cabo una profunda transformación en el aparato militar y de seguridad en vigor en los campamentos de Tinduf. Descargaron las milicias del Polisario de cualquier misión a caracter militar y de seguridad, y confiaron al ejército argelino y los servicios de seguridad de establecer puestos de control alrededor de los campamentos de refugiados. La idea de las autoridades argelinas es cerrar el paso a los traficantes de todo tipo que pasan por esta zona, sino también para evitar que los refugiados saharauis escapar de los campamentos hacia el norte de Malí para unirse a las filas de los combatientes de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI). Con la disminución de la ayuda internacional y la falta de empleo o actividades generadoras de ingresos en los campamentos de Tinduf, muchos jóvenes refugiados saharauis ante la falta de dinero, ceden con facilidad ante la oferta de los reclutadores de AQMI. De acuerdo con especialistas bien informados, Argel estaría perdiendo su batalla contra el reino de sherifiano en torno a la espinosa cuestión del Sáhara Occidental.