La falta de alimentos, la falta de oportunidades de empleo, junto a las malas condiciones han hecho perder la paciencia a los refugiados saharauis. Los jóvenes insatisfechos ya no dudan en lanzar abiertamente todo su descontento sobre su presidente, Mohamed Abdelaziz y sus lugartenientes. Sentadas y protestas casi regularmente son observadas  recientemente ante la sede del Frente Polisario en Rabuni. En el transcurso de esta semana, los servicios de seguridad saharauis realizaron una fuerte intervención para dispersar a cientos de jóvenes manifestantes afiliados al movimiento «Juventud Revolucionaria saharaui-JRS.» Según testigos presenciales, las fuerzas de intervención han utilizado fuego real para dispersar a los jóvenes descontentos, muchos de los cuales fueron más o menos seriamente heridos. Se habiàn dado como de costumbre, una cita ante la sede del Frente Polisario, para denunciar Mohamed Abdelaziz, y sus lugartenientes acusándolos de ser la causa y el origen del deterioro de sus condiciones de vida y el sufrimiento eterno de las personas en los campamentos de Tinduf. Los manifestantes también critican a sus dirigentes y, especialmente, Abdelaziz, de no haber hecho nada para llegar a una solución negociada del conflicto entre el Frente Polisario y Marruecos.

Para intimidar a la gente y obligarles a refugiarse en sus hogares, informaron testigos presenciales, los helicópteros de la Fuerza Aérea argelina sobrevuelan en repetidas ocasiones los campamentos. La ciudad argelina de Tinduf ha sido provisionalmente prohibida de acceso a los refugiados saharauis que vienen por lo general para el suministro de alimentos y combustible. Con la disminución de la ayuda humanitaria, los refugiados saharauis se han quejado en los últimos meses, de la escasez de alimentos y de graves y recurrentes penurias y una creciente falta de combustible y medicamentos. La tensión que no deja de subir en los campamentos, no ayuda, por supuesto, ni a la dirección del Polisario, ni las autoridades argelinas, especialmente en las consecuencias de la repatriación por parte de España de sus voluntarios humanitarios que trabajaban en los campamentos de Tinduf, por razones de inseguridad. Los servicios de inteligencia de varios países occidentales, han advertido recientemente contra la transformacion de los campamentos en sanctuarios para los terroristas y otros traficàntes de toda estirpe.