Decidiendo declarar la frontera de Mauritania con Argelia «zona militar cerrada», Nuakchott sabía lo que estaba haciendo, la incautación unos días más tarde, de un cargamento de armas y drogas a bordo de un vehículo llegado de los campamentos del Polisario en Tinduf, confirmo los temores de las autoridades mauritanas.

El vehículo todo terreno 4×4 fue descubierto por un sistema de vigilancia aérea implementado por Nuakchott en esta región. Nuakchot ha fallado deliberadamente indicar que la carga fue conducida por elementos del Polisario. El ejército mauritano se limitó a decir que el vehículo todo terreno pertenecía a una red de tráfico de drogas.

De todos modos, este nuevo incidente confirma los informes de inteligencia occidental sobre la proliferación de armas y el tráfico de drogas en la región. Un tráfico convertido en posible gracias a las actividades de los elementos corruptos pertenecientes al Polisario, el Frente independentista apoyado por Argelia, que disputa a Marruecos la región del Sahara Occidental.

Los servicios de inteligencia occidentales están preocupados especialmente de las conexiones entre narcotraficantes y los grupos yihadistas que se benefician de financiación valiosa para llevar a cabo operaciones en el norte de Malí y, más en general, en el Sahel. Preocupaciones alimentadas por la proliferación de las operaciones de transporte combinado de armas y drogas en la región.

El último de ellos se remonta a junio, cuando una media docena de narcotraficantes y de psicotrópicos a nivel internacional, fueron detenidos en Marruecos. Entre ellos figuraba un argelino, un maliense y dos miembros del Polisario. Casos que ilustran la magnitud del tráfico transfronterizo en esta región, donde los campamentos del Polisario se han convertido en un eje importante.