Según fuentes bien informadas en los campamentos de Tinduf, los dirigentes del Polisario no entienden los contratiempos que el frente separatista está experimentando en todas partes, y la última de las cuales es el rechazo, el miércoles por el Senado español, de una solicitud de reconocimiento de la República saharaui.

Presentado por parte de «la Izquierda Republicana de Cataluña» (ERC) y con el apoyo de Podemos y del Partido Nacionalista Vasco (PNV), la moción ha sido por tanto fácilmente rechazada en la votación gracias al Partido Popular, al Partido Socialista y a Ciudadanos (centro derecho). El Polisario encaja el golpe ya que la nueva catástrofe le cae sobre la cabeza desde España, antaño bastión de la propaganda del Polisario en Europa.

El país ibérico ahora parece soportar cada vez menos los excesos del frente separatista. Se trata realmente de una vacuna de refuerzo después de la decisión de la Audiencia Nacional, el máximo tribunal de España para poner en marcha en noviembre de 2016, las demandas contra Brahim Ghali, el jefe del Polisario por tortura y crímenes contra la ‘humanidad.

Desde, Brahim Ghali evita cuidadosamente España y ni siquiera puede poner un pie en Europa, según las mismas fuentes. Peor aún, el reto del Polisario proviene ahora de la propia sociedad civil española, donde el frente saharaui tenía un apoyo importante en el pasado.

Hoy en las filas del frente  que contesta a Marruecos la soberanía sobre las provincias del Sahara Occidental con el apoyo de Argelia, la amargura es grande. Es incluso más que el nuevo desaire sufrido en España se produce menos de dos semanas después de la debacle de Addis Abeba.

Finales de enero en la capital de Etiopía, los jefes de Estado de la mayoría de los países africanos habían, de hecho, apoyado el regreso de Marruecos a la Unión Africana. De este modo, activaron al mismo tiempo la cuestión de la legitimidad de la República Saharaui, la República abogada por el Polisario y Argelia en el Sahara, pero que penan en probar la existencia en la realidad.