El nuevo jefe del Polisario ha aprovechado la ocasión de una conferencia que será organizada en noviembre en Barcelona por una cierta «Coordinación europea» a la solidaridad con el frente saharaui, para dejar escapar su intención de ir a España, con la mala idea de poner a prueba a las autoridades judiciales del país en el que está dentro del alcance de una demanda.

No es necesario ser clarividente para detectar la maniobra. Brahim Ghali toma el pulso de las autoridades españolas, a pesar de que es perseguido desde 2008 por la Audiencia Nacional española, máximo tribunal penal de España. Y los cargos están lejos de ser flacos.

El líder del Polisario es perseguido por tortura, desapariciones forzadas, detenciones ilegales y graves violaciónes de los derechos humanos. Tantos crímenes cometidos bajo sus ordenes  en el cuartel general del movimiento saharaui en los campamentos de Tinduf, en Argelia.

El caso se remonta a 2008, cuando las víctimas saharauis presentaron quejas contra Brahim Ghali, entonces representante del Polisario en Madrid. Es citado por el Tribunal Nacional para responder de estos crímenes cometidos cuando dirigió las milicias armadas del Polisario durante más de una década, entre 1976 y 1989. Brahim Ghali no se presento en la audiencia nacional española, en condiciones de juzgar los crímenes cometidos fuera del territorio español en virtud de la ley de competencia universal.

Pero el juez Pablo Ruz audiciona a las víctimas. Estos ultimos presentan ante el magistrado el desgarrador testimonio de los abusos y violaciónes en los campamentos de Tinduf contra docenas o incluso cientos de presos saharauis, el destino de algunos aún se desconoce. De hecho, los médicos que los examinaron confirmaron las señales de torturas y abusos.

A raíz de estos pleitos judiciales en España, Brahim Ghali es casi exfiltrado, durante el mismo año de 2008, a Argel, donde ocupó el cargo de embajador. Allí permaneció hasta la muerte de su predecesor Mohamed Abdelaziz y su nombramiento como jefe del Polisario a instigación de Argel.

El poder judicial español puso en marcha mientras tanto una orden de detención contra el ex representante del Polisario en Madrid. Hoy en día, se convirtió en jefe del Polisario, Brahim Ghali intenta borrar este episodio vergonzoso haciendo entender su intención de ir a España. Pero la justcia española podria fingir olvidar ?