Desde la debacle de finales de abril en el Consejo de Seguridad de la ONU, el jefe del Polisario, Mohamed Abdelaziz se encuentra bajo un intenso fuego de sus opositores, que lo acusaron de continuar de marear la pérdiz y de hacer el juego de Argelia, mientras que la situación en los campamentos de Tinduf es cada vez peor.
En este sentido, las amenazas del retorno a las armas blandecida cada vez por algunos dirigentes del Polisario no engaña a nadie en los campamentos. Es el caso de Mohamed Bouhali, un ex del ejército argelino, que multiplica las maniobras para satisfacer a los radicales y el clan de los «argelinos» dentro del Polisario.
Incluso los jóvenes a los que estos mensajes son destinados tienen no creen en las declaraciones incendiarias de Bouhali. Son cada vez más conscientes de que el Polisario es en última instancia un instrumento en las manos de Argelia. Los general de DRS se desgastan para servir a sus designios hegemónicos en la región y, sobre todo, para mantener la presión sobre Marruecos en el caso del Sáhara Occidental.
La hostilidad de los jóvenes en los campamentos de Tinduf, incluso se ha redoblado hacia Mohamed Abdelaziz y sus lugartenientes después de que estallara el escándalo de la apropiación indebida de la asistencia humanitaria internacional. Un saqueo a gran escala avivado por la Oficina de Lucha contra el Fraude de la Unión Europea. Tras una investigación, larga como excavada, la OLAF de hecho ha señalado los responsables argelinos y dignatarios del Polisario en estos desvíos masivos.
Estas depredaciones de la ayuda internacional se extendieron durante varios años. La ayuda humanitaria era normalmente destinada a las poblaciones vulnerables en los campamentos, pero estas desviaciones han disuadido a los principales donantes internacionales, que prefirieron reducir su ayuda.
Bajo la presión del Parlamento Europeo, Bruselas redujo de 51 a sólo 10 millones el importe de esta ayuda, mientras que España ha revisado a la baja su asistencia, que disminuyó de el 10 a 7.400.000 €. Una reduccion de suministros que ha exacerbado el descontento de los jóvenes saharauis contra el Polisario y Argelia.
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