Los dirigentes de Argelia y el Polisario han muy mal recibido el anuncio de la normalización de las relaciones bilaterales entre Francia y Marruecos, mientras que estaban esperando su degradación, sobre todo cuando se acerca una reunión decisiva que el Consejo de Seguridad de la ONU debe consagrar en abril, a la cuestión del Sahara occidental.

Por temor de amplificar públicamente el recalentamiento entre el Hexágono y Reino de Marruecos, los responsables argelinos se contentaron a susurrar en los salones de lujo de Argel, su gran decepción con Francia, que consideran ser uno de los principales socios de comercio exterior de Argelia. Sin embargo, los dirigentes del Polisario han extendido al gran publico, su profundo remordimiento después de este giro inesperado de los acontecimientos, ya que acariciaban la esperanza de ver a su oponente marroquí abandonado por su gran aliado francés.

Algunos ejecutivos de alto rango del Polisario incluso la han tomado violentamente con el gobierno socialista francés, acusándolo de alinearse de forma sistemática sobre la posición de Marruecos en el conflicto del Sáhara.

Francia, miembro permanente del Consejo de Seguridad «, se alinea sobre la Mamounia (uno de los grandes palacios de Marrakech) (…) en detrimento de los intereses de los pueblos del Magreb», acusó el jefe de la la diplomacia República saharaui «RASD», Mohamed Salem Ould Salek.

El deshielo de las relaciones entre París y Rabat, según los observadores, el segundo golpe que encaja en menos de dos semanas, la diplomacia argelina y su «hijo adoptivo» el Polisario después de las promesas hechas en persona por el Secretario General la ONU, Ban Ki-Monn al rey Mohammed VI, quién le aseguró en una entrevista telefónica, en cuànto a la absoluta neutralidad de la MINURSO y su enviado personal para el Sahara, Christopher Ross, en el tratamiento del expediente del Sáhara Occidental.

En resumen, el Frente Polisario apoyado por Argelia, reclama un referéndum de autodeterminación en el Sáhara Occidental, mientras que Marruecos propone desde 2007, un plan de autonomía para el territorio en disputa del Sahara Occidental bajo su soberanía.

Entre Rabat y Argel, el tono está subiendo. Su disputa diplomática en torno a este tema, ya ha estallado y es probable que se acelere con la vispera de la reunión de abril del Consejo de Seguridad.