Los campamentos de Tinduf han sido colocados estos últimos días en estado de alerta general. Dos riesgos potenciales se encuentran detrás de las medidas de seguridad extraordinarias impuestas por orden de los servicios de seguridad argelinos, la dirección del movimiento independentista. El primer riesgo está relacionado con informaciones casi fidedignas sobre la preparación de un levantamiento de los habitantes de los campamentos de Tinduf, similar a la de 1988. Cuando en el segundo riesgo, el retorno de los mercenarios saharauis del frente libio, en el que fueron enviados a combatir la rebelión junto a los partidarios del coronel Muammar Gaddafi. El retorno de los mercenarios saharauis se considera de alto riesgo tanto por las autoridades militares y de segurida argelina como por la direccion del Polisario, por la sencilla razón de que éstos elementos han regresado de Libia armados hasta los dientes. Algunos grupos se han permitido el lujo de llevar en sus vehículos armas pesadas como misiles tierra-aire de fabricación rusa. Las armas que estaban escondidas en las dunas de arena en las cercanías de los campamentos de Tinduf y que las milicias, estàndo seguras de la información, todavía no detecta las señales.
En el primer caso, el jefe del Polisario y sus compañeros están preocupados de que el inminente levantamiento se está preparando en los campamentos en secreto, aunque se supone que es impulsado inicialmente por las exigencias sociales y materiales de en un nuevo campamento Izik, no en territorio marroquí como antes, pero en territorio argelino, con todos los riesgos de desbordamiento que esto implica y que nadie puede controlar. Para contrarrestar estos riesgos, los servicios de seguridad argelinos han cursado al Ministro de Defensa del Frente Polisario, Mohamed Amine Buhali, uno de los fieles servidores de la oligarquía militar argelina, reforzar los controles y la vigilancia de los movimientos de los habitantes de los campamentos. Buhali ha entonces confiado ésta delicada tarea a un hombre de confianza M’hamed Ueld Akik, que con la bendición de los servicios secretos argelinos, ha provocado un estado de alerta levantando controles en todos los puntos de acceso a los campamentos. Nuestros contactos en Tinduf informàn de una tensión inusual que impera hoy en día entre los habitantes en los campamentos de Tinduf. Es semejante, dicen a la que precedió a la sublevación de la población saharaui en 1988 en los campamentos de Lahmada. Además de los combatientes del frente de Libia, dijo la fuente, la mayoría de los jóvenes sospechosos están sometidos a una estrecha vigilancia y ya no se les permite salir de los campamentos. Los arrestos se pràctican tanto de día como de noche, y las milicias armadas han recibido instrucciones de permanecer en constante contacto con sus informantes para evitar cualquier sorpresa.
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