Para el Polisario, el año 2018 termina en ansiedad, con una fuerte niebla sobre el futuro debido a la serie de reveses sufridos a nivel internacional, pero también a la peligrosa situación política del padrino argelino, cuyo régimen está seriamente amenazado por el bloqueo político, por admisión incluso de sus principales protagonistas.

Esta situación es criticada por Louisa Hanoune, secretaria general del Partido de los Trabajadores (PT), quien señala «signos de grietas preocupantes en la cima del estado». Las instituciones estatales están «desprovistas de brújula política, navegando a la vista», se alarma Louisa Hanoune.

«Ni la prolongación del reinado de Buteflika», ni el aplazamiento de la elección presidencial de abril de 2019 es una solución a la crisis que vive Argelia, analiza la líder del PT, alertando sobre los «peligros que hace planear el sistema sobre el país».

La misma historia en «Talaie El Hourriyet», el partido del ex primer ministro Ali Benfils, quién juzga que la confusión prevaleciente hace que el ambiente político sea aún más opaco, más ilegible e incierto, y expone a Argelia a un riesgo de inestabilidad real.

«El año 2018 termina con una crisis política aguda, una situación económica crítica con indicadores rojos y pronósticos preocupantes para los próximos años y un profundo malestar social», se queja el partido de Benflis.

Todos estos indicadores desagradables citados por el líder político argelino, socavan a los dirigentes del polisario, Brahim Ghali a la cabeza, que también se enfrentan a la persistente honda en los campos de Tinduf, donde la población saharaui aguanta cada vez más mal las prohibiciones y frustraciones.