El Polisario no deja de encajar reveses a nivel de la Unión Europea, donde el Tribunal de la UE acaba de rechazar un recurso de anulación que había sido presentado por el movimiento separatista en el Sahara contra el acuerdo de pesca Marruecos-UE, que expiró a mediados de julio de 2018.
En una orden, los jueces del tribunal de la UE que se encuentra en Luxemburgo rechazaron el recurso que el Polisario había presentado en 2014, diciendo que este movimiento «no está directamente o individualmente afectado» por el acuerdo de pesca.
«En ningún caso, se pueden considerar, teniendo en cuenta los argumentos que invoca, como teniendo calidad para actuar», dice el Tribunal Europeo.
Después del veredicto, el desastre es aún mayor para los jefes del Polisario apoyado por Argelia, ese revés se produjo casi simultáneamente con la rúbrica, el martes, 24 de julio en Rabat, del nuevo acuerdo de pesca entre Marruecos y la UE, incluyendo el Sahara.
Es decir que la guerrilla jurídica liderada por el Polisario con el apoyo de la máquina diplomática argelina fue un fracaso amargo, tanto para uno como para el otro. Por otro lado, Marruecos y la UE han demostrado que su asociación estratégica es más fuerte para verse amenazada por los vanos intentos de excluir el territorio sahariano de esta cooperación.
Y como desgracia nunca llega sola, el Polisario sufrió otro revés, esta vez en la ONU. El Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas rechazó por unanimidad el martes 24 de julio de 2018 la solicitud de acreditación de la ONG llamada «Oficina Internacional para el respeto de los derechos humanos en el Sahara Occidental», una organización que rueda para el Polisario, con fondos argelinos.
Está sea dicho organización había presentado, en 2010, una solicitud de acreditación al Comité de ONG de la ONU, que informa al Consejo Económico y Social. Pero el Comité de la ONU no fue engañado y después de investigaciones que duraron varios años, rechazó la solicitud.
La razón es que el Comité de la ONU estaba convencido de que no era una ONG de derechos humanos, sino una oficina manipulada por los fondos argelinos para seguir alimentando el conflicto alrededor del Sahara.