El deterioro de la situación en el Sahara, donde Marruecos, está amenazando con tomar medidas contra las incursiones del Polisario en la zona de amortiguamiento, traduce en realidad una tensión sorda con Argelia, donde los generales empujan a los separatistas saharauis al punto de ruptura con el fin de romper los últimos avances diplomáticos realizados por el Reino.
Con el resurgimiento del activismo del Polisario, Argelia busca presionar al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, unas semanas antes de la presentación, a fines de abril, de su informe sobre el Sáhara Occidental al Consejo de seguridad
De hecho, su enviado personal, el alemán Horst Köhler, está a punto de confirmar que la cuestión del Sáhara es responsabilidad exclusiva de las Naciones Unidas. Por lo tanto, sale de la Unión Africana (UA) que Argelia trata con uñas y dientes de involucrar en el asunto del Sahara.
Este liderazgo de la ONU fue, además, reafirmado por la 30 ª Cumbre de la UA en enero pasado. Los Jefes de Estado y de Gobierno africanos apoyaron a los líderes de la ONU en el relanzamiento del proceso de negociación y se comprometieron a cooperar plenamente con Köhler.
Otro punto que asusta a los generales argelinos es la perspectiva de ver el Consejo de Seguridad de la ONU insistir para que Argelia se siente a la mesa de negociaciones, como parte que aloja al el Polisario en su territorio.
Porque, en su informe de abril de 2017, Antonio Guterres había reafirmado su deseo de alcanzar una solución política mutuamente aceptable, al tiempo que creía que Argelia debería participar en el proceso.
Un proceso que Argel considera con mucha desconfianza que el Consejo de Seguridad defienda ahora el realismo y el espíritu de compromiso, que está en línea con el plan de autonomía propuesto por Marruecos.
Todos estos acontecimientos han llevado a Argelia a considerar el proyecto de trasladar gradualmente al Polisario de su sede actual en Tinduf, en territorio argelino, a la zona de amortiguación que el frente separatista considera como «territorios liberados».
Es esta estrategia de desgaste que ha despertado los temores de Marruecos, de ahí su advertencia contra las incursiones del Polisario que Rabat ahora considera como «casus belli».