La visita del primer ministro Francés a Argel ha sido una decepción de más para la mayoría de los dirigentes argelinos, que finalmente no han arrancado ninguna concesión a Manuel Valls sobre la cuestión del Sáhara, un revés diplomático aún más amargamente resentido por el Polisario de acuerdo con una fuente bien informada en Tinduf, cuartel general del frente independentista saharaui respaldado por Argelia.

Sin embargo, no es por la falta de voluntad de Abdelmalek Sellal. El primer ministro de Argelia de hecho había apostado todo sobre el encuentro del sábado en Argel. El objetivo era influir ligeramente la posición de Francia sobre la cuestión del Sáhara, pero Manuel Valls se mantuvo firme.

El chantaje económico que los líderes argelinos han tratado de ejercer, con los suculentos contratos para las empresas francesas, no ha tenido el efecto deseado. Es probable que la causa de la postergación en el último momento de la firma del convenio para la creación de Peugeot Citroen en Argelia, una ceremonia que estaba sin embargo prevista en esta reunión franco-argelino.

La prensa argelina no ha tenido más éxito que los diplomáticos, lo que indica que la posición de Francia sobre la cuestión del Sáhara occidental no es ocasional. Manuel Valls ha evitado efectivamente con habilidad de entrar en controversia con los medios de comunicación. En la conferencia de prensa conjunta con Sellal al final de la tercera sesión de la alta comisión bilateral, el primer ministro francés fue inusualmente lacónico.

A la pregunta de un periódico de Argelia, formulada como acusación, alegando una «alineación» de París, en la posición de Marruecos en la cuestión del Sahara, Manuel Valls corto por la sano con la bravuconería. La posición de Francia «no ha cambiado», dijo con calma.

El primer ministro francés, sin duda no ha premeditado incar el clavo precisando que Francia asume «sus responsabilidades como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU.»