La reacción decidida de Marruecos, con la manifestación de más de tres millones de personas, el domingo 13 de marzo en Rabat, en protesta contra Ban Ki-Moon, ha sido sentida como una fuerte señal incluso en los pasillos de la ONU, que teme que la parcialidad del secretario general bloqueé la solución de la cuestión del Sahara.

Los propositos claramente favorables al Polisario expresados por Ban Ki-Moon, durante su visita la semana pasada en Argelia, tuvieron el efecto de un electrochoque en Marruecos, donde la cuestión del Sahara es una línea roja para la calle como para los responsables. Debido a que el día antes de la marcha sin precedentes del domingo en Rabat, el Parlamento celebró una sesión especial de de sus dos Cámaras. Ante los diputados y concejales se reunidos, el jefe del gobierno Abdelilah Benkiran ha enérgicamente criticado la violación por Ban Ki-Moon, de la «neutralidad» esperada de un secretario general de la ONU.

Esta réplica exasperada del Parlamento y el gobierno no es que un reflejo de la ira de la calle en Marruecos, que ha visto en las declaraciones de Ban Ki-Moon, a favor del Polisario y Argelia . Sobre todo porque esta es la primera vez que un Secretario General de la ONU pronuncia la palabra «ocupación», mientras que el organismo de la ONU es interpelado a cerca de la cuestión del Sahara desde 1991. El Consejo de Seguridad en sí nunca ha utilizado este término, observando la máxima cautela al tratar este tema muy sensible en Marruecos. Este último ofrece un plan de autonomía para el Sahara que el Consejo de Seguridad había calificado de base «creíble» para una solución política, pero el Frente Polisario, bajo el impulso de Argelia, tercamente rechaza y quiere la independencia.

Varias capitales habían indirectamente tomado sus distancias de la actitud de Ban Ki-Moon, incluyendo los paises del Golfo (CCG) y París para el que la cuestión del Sahara «es objeto de una mediación de la ONU, que Francia apoya dentro de los parámetros establecidos por el Consejo de seguridad «.

Otros indicadores del impacto de la respuesta de Marruecos a Ban Ki-Moon, una admisión de fracaso de Christopher Ross. El representante de Ban Ki-Moon, reconoció que el proyecto se reanudación de la mediación se ve seriamente comprometido.