La visita del rey Mohammed VI a El Aaiún, la principal ciudad de la región del Sahara Occidental, ha hirvido el Polisario y los oficiales de inteligencia argelinos, que en vano tratarón de parasitar la segunda visita en el espacio de tres meses del rey de Marruecos a las provincias del sur del reino, según una fuente bien informada en la sede del Polisario en Tinduf.

El líder del Polisario, Mohamed Abdelaziz, y los altos mandos del difunto DRS antes de desentrañarse para convertirse en el DSS se han cabado las meninges desde el anuncio del viaje real para tratar de evitar que se convierta de nuevo en plebiscito para el monarca marroquí, al igual que el éxito de su visita en noviembre de 2015.

La pista de unas pocas docenas de partidarios dentro del Sahara Occidental no tenía ninguna posibilidad de éxito. Aquellos que son llamados comúnmente separatistas del interior brillaron por su ausencia en la anterior visita del Rey en El Aaiún en noviembre y no podían hacer mejor hoy.

Queda el antiguo método, que a falta de eficacia tiene la ventaja de hacer ruido. Los argelinos han tenido que improvisar con el medios de abordo para hacer frente a una situación de emergencia. En otras palabras, caer de nuevo en la campaña mediática dirigida por la agencia oficial de noticias APS, y retransmitida por los periódicos argelinos y la docena de sitios web pro-Polisario, dice la misma fuente. Con prisa, la APS ha reanudado las viejas consignas de «referéndum de autodeterminación para el pueblo saharaui», llamando a un boicot de los recursos naturales de la región del Sahara occidental y el tema de los derechos humanos. Muchas fórmulas que se han probado en el pasado sin resultados concretos a cambio. Particularmente a nivel internacional, donde las principales capitales del mundo ahora clasifican el caso del Sahara Occidental como un vestigio de la tradicional rivalidad entre Marruecos y Argelia.